El pasado miércoles, 24 de agosto, se llevó a cabo la primera sesión de “Sin Serrucho” del 2022. Se tuvo como invitado a Jesús Abad Colorado en un conversatorio sobre su trayectoria profesional y experiencia con la corrupción y el conflicto armado en Colombia. Jesús Abad es un prominente fotógrafo y periodista cuyo trabajo se ha tratado principalmente de retratar a las víctimas del conflicto armado como se puede ver en uno de sus trabajos “El Testigo”.
El conversatorio se centró en temas de gran envergadura como las formas de violencia que más han afectado al país y la perspectiva personal de Jesús sobre ello.
Jesús expresó que aquellas personas que han sido siempre las más afectadas por la guerra son los grupos indígenas, las comunidades afro y demás comunidades vulnerables. De la misma forma, afirmó que Colombia es un país con enfermedades mentales, en dónde se habla de páramos, ríos y selvas mientras simultáneamente estos son destruidos; también señaló la falta de cultura política y la normalización que se tiene frente a la violencia sobre posturas divergentes.
Explicó que la corrupción aumenta la desigualdad, lo que perpetua la violencia en el país, ya que los dirigentes benefician a su cuadrilla política ignorando las necesidades del pueblo. Un ejemplo de esto, es la alusión que hizo sobre los falsos positivos y el asesinato de jóvenes a causa de la necesidad de empleo y educación en las comunidades menos favorecidas del país.
Para Jesús, el trabajo de los periodistas consiste en darle voz, nombre y rostro a aquellos que han sido afectados por la desigualdad y la violencia, considera un compromiso ético contar la historia de las víctimas de Colombia y de aquellos que quedan después. La memoria que queda se hace pensando en el futuro, en que la multiplicidad de violencias que ha ocurrido el país son eventos que no se pueden repetir.
La esperanza es uno de los temas a los que Jesús le da gran importancia. Para él Colombia es un país que tiene tierra, y aunque mal distribuida, con ilusión aseguraba como no deja de deslumbrarse por la cantidad de gente bonita, historias maravillosas y el amor por la tierra que se ha encontrado en el país, a pesar de sus amarguras. Con esto, afirmó que es necesario un cambio en el sector educativo, con maestros que estén comprometidos con la vida y enseñen a amar al prójimo y a la naturaleza. En un país en donde existe una amplia cantidad de recursos naturales, considera que todos “debemos poner un ladrillo para volver a construir esa casa que tantas veces hemos destruido”.
El eje central del trabajo de Jesús Abad Colorado es la esperanza. Con su reflexión final dejó claro que su trabajo no solo puede mostrar el dolor que se vive en el país sino también la esperanza. Con su profesionalidad, valentía y espíritu compartió la alegría que le genera encontrarse con sus colegas por «seguir vivos, porque tienen esperanza en un futuro». Con entusiasmo cerró diciendo que: «no se siembra un árbol para disfrutar del fruto sino para que las generaciones que vienen después puedan disfrutar de él; porque los esfuerzos que se hacen por mejorar el país, se hacen para que aquellas generaciones que vendrán tengan la posibilidad de tener una mejor calidad de vida».